domingo, 20 de marzo de 2011

Carta a Celia Villalobos Este es el texto de la carta que le envié el 4 de marzo a la diputada Celia Villalobos. “Excma. Sra. Diputada: es la primera vez que escribo a un miembro del Congreso de los Diputados, pero me atrevo a contactar con Ud. dado que, recientemente, he leído en los medios de comunicación que ha definido a las personas con discapacidad psíquica con el término de “tontitos”. Eso duele mucho. Soy un padre que tiene un hijo con trastorno del espectro autista, y no le considero “tonto”. A sus 10 años, aún no sabe hacer sumas. Su madre y yo, como actividad extraescolar, le compramos cartillas de sumas sin llevar, de las que hacen los niños con apenas 5 años. Si viera los abrazos y besos que me da cuando le llevo una nueva cartilla, la ilusión que le hace sentarse y hacerla, con sus errores y sus aciertos, seguro que, viéndole, no le calificaría de “tontito”. Su fuerza de voluntad doblega la mía, esa que me hace luchar por desterrar un lenguaje tan doloroso como el que Ud. ha empleado. Dice Ud. que el término “tontitos” se utiliza en su tierra. Soy andaluz, de Jaén, y aquí a las personas con discapacidad psíquica como mi hijo se les llama por su nombre, como estoy seguro que hacen en la suya, en Málaga. Ud. trabaja para aumentar la calidad de vida de su circunscripción, en la que seguro hay familias con hijos con discapacidad psíquica que le han votado. Sería bueno que les preguntara cómo llaman a sus hijos. Detrás de una historia de discapacidad psíquica hay mucho coraje, valentía y sentimientos. No se puede reducir al termino “tontitos”. Atrévase a entrar en esta realidad, porque no sabe lo que Ud. se pierde. Atentamente.”