lunes, 20 de agosto de 2012

No es país para las preferentes

De nuevo el sistema financiero ha provocado más pérdidas al ciudadano, esta vez con un producto complejo que, mediante una comercialización opaca y hasta fraudulenta, ha contribuido también a socavar la confianza exterior en nuestra economía. Pero no deja de ser cierto que España es un país sin educación financiera. Según fuentes del Banco de España y la CNMV, estamos por debajo de la media de países OCDE en conocimientos financieros, precisamente cuando las familias y empresas de nuestro país se sitúan en uno de los mayores niveles europeos de endeudamiento. Da igual que el Banco de España publique en el BOE del 6 de julio una circular para agrandar el tamaño de la letra de los contratos financieros, si estos se firman sin leer o sin ser entendidos. Y da igual que los clientes firmen de su puño y letra su consentimiento, si la normativa MiFID no se cumple ni conlleva sanciones civiles y penales para los que aprueban, diseñan y venden productos complejos, a sabiendas de que no van a ser entendidos por una población analfabeta financieramente. ¿Por qué una parte del rescate bancario o un fondo alimentado con recursos de los bancos no se destina a mejorar el conocimiento financiero de la población? ¿Por qué en España no se legisla la figura del crédito responsable y el sobreendeudamiento como en otros países?

miércoles, 8 de agosto de 2012

Las desigualdades autonómicas

Hay ciertas comunidades autónomas que se están convirtiendo en las irreductibles aldeas galas de Urdezo y Goscinny, trasgrediendo continuadamente las normas dictadas por el poder central. La falta de consenso y su búsqueda, la política de ordeno y mando, el respaldo basado en un programa electoral convertido en humo, está dibujando progresivamente un mapa donde se localizan territorios alineados con la doctrina central del Estado junto a otros que tratan de dilatar plazos y presupuestos para mantener su línea programática. En vez de tender hacia una Administración que lime diferencias y rebaje barreras, se está configurando una red de espacios basada en aumentar las desigualdades y consagrar las lealtades. Es decir, del “café para todos” que presidió el proceso descentralizador autonómico al “café para los míos” hacia el que nos vamos encaminando.

viernes, 3 de agosto de 2012

Es la inflación, estúpido.

La inflación socaba los niveles de competitividad de un país, produciendo además efectos perversos sobre la internacionalización de su tejido productivo. Es una máxima que tienen bien aprendida en los países de norte de Europa, especialmente la economía alemana, tan expuesta y enfocada al mercado exterior. El objetivo de contener la subida generalizada de los precios en la zona euro es el argumento por el que el BCE se resiste a comprar títulos soberanos a los países sureños, concretamente a España e Italia. La inflación no quería en norte es la que ha estado padeciendo el sur desde la implantación del euro en los mercados financieros, especialmente en el caso español. Hace unos meses, la Fundación BBVA indicaba que los precios en España se habían incrementado un 45% desde 1999, cuando en Alemania lo hicieron tan solo un 15%. La economía alemana, como escribía Krugman en EL PAÍS del 31 de julio, “se reanimó gracias al rápido aumento de las exportaciones a estos países del sur”. Es decir, que con sus productos, también exportaban la inflación, esa que no quieren para ellos con tal de evitar perder competitividad, pero sí para otros con tal de seguir creciendo. Y en España, en vez de mejorar en precios con medidas que incentiven y alienten la productividad y la internacionalización de nuestras empresas, se ha elegido el camino de la depreciación de los costes salariales. Así se contendrá la inflación, manteniendo la recesión.